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LAS BICICLETAS INVADEN PARÍS


El Diario Electronico







Publicado el
05 Sep 2007




Escribe: Olivia Sohr

Los
ciclistas se tomaron París. Ello desde que la alcaldía inauguró, el 15
julio, un sistema de arriendo de bicicletas. Ya son más de dos millones
de parisinos los que probaron el sistema, y ya tiene 53.000 abonados
por un año. Cualquier persona que tenga una tarjeta bancaria en Francia
puede usar el sistema, pagando un euro el día (un poco más de 700
pesos), o 29 euros por un año (20.000 pesos).

La idea es
promover la bicicleta como un medio de transporte alternativo. La
primera media hora es gratis, tiempo que se consideró razonable dado
que la duración del trayecto medio es de 22 minutos. Pasada los
primeros 30 minutos hay dos opciones: pagar o devolverla en una
estación y sacar otra.

El sistema de bicicletas de libre
servicio comenzó en Lyon hace más de dos años, y gracias a su gran
éxito, fue llevada a la capital, donde fue aceptada con entusiasmo
desde el primer día. En el mes y medio de operaciones van más del
equivalente a 100 vueltas al planeta. Diariamente se recorren en
promedio 100.000 kilómetros.

El alcalde parisino, el socialista
Bertrand Delanoë, espera bajar así la circulación de autos para
reducir los embotellamientos y solucionar la crisis de
estacionamientos. Quiere también disminuir los niveles de contaminación
y ayudar a crear un ambiente más agradable en la ciudad.

El
director del Instituto de Ecología Política Manuel Baquedano ve este
sistema como una revolución en el mundo del transporte: “Es la cuna de
un nuevo concepto, es la primera vez que la bicicleta es vista como
transporte público individual”. La bicicleta utilizada como un medio
de transporte masivo organizado por el Estado es un nuevo proyecto, que
hasta ahora le ha dado muy buenos resultados a los galos.

El
sistema es organizado y financiado por la empresa de avisaje público
J.C. Decaux, a cambio del manejo de los paneles publicitarios de la
ciudad. La empresa se hace cargo del funcionamiento de las bicicletas y
de las estaciones, y recibe en canje la administración de la publicidad
en los espacios públicos.

Da la casualidad que J.C. Decaux
tiene la concesión del paneles publicitarios del Metro se Santiago.
Antes de la puesta en marcha del Transantiago, Decaux estaba en
conversaciones con Víctor Barrueto, el ex-intendente de Santiago, para
ver la posibilidad de instaurar un sistema similar. Sin embargo con la
salida de Barrueto el proceso quedó en suspenso, hasta que
recientemente la nueva intendenta, Adriana Delpiano, reanudó las
conversaciones. Ella se comprometió a respaldar a un grupo de trabajo
para estudiar la factibilidad del proyecto en Santiago. Se abrirían así
las puertas a un nuevo tipo de transporte colectivo, que si fuera
adoptado masivamente, ayudaría a bajar la emisión de CO2. Además, para
los trayectos cortos, sería un transporte alternativo a los buses del
Transantiago.

El ejemplo ha cundido. En Barcelona las bicicletas
ya fueron adoptadas con un modelo similar al francés. En Londres, el
alcalde Ken Livingstone ya encargó al sistema de transporte londinense
que desarrollara proyectos similares para la capital británica. Otras
grandes ciudades europeas también miran con interés el experimento
francés que todavía está en rodaje. Porque queda por ver como
funcionará una vez que todos los parisinos vuelvan de vacaciones. Las
bicicletas fueron estrenadas en medio del verano, y han funcionado en
una ciudad semivacía. La prueba de fuego vendrá ahora, con el retorno
de los parisinos y el inicio de las clases. Uno de los puntos débiles
del sistema hasta ahora es la dificultad para mantener una buena
repartición de las bicicletas. Mucha gente las usa en los tramos en
bajada pero, claro, son menos los que suben en ellas. Esto provoca que
se llenen las estaciones en ciertos lugares copando los espacios e
imposibilitando que los que llegan se estacionen..

A pesar de
estos problemas el balance de la alcaldía de París es muy positivo. Y
la prueba está en que más de 1400 estaciones estarán instaladas antes
de fin de año.La bicicleta, puesta a disposición de todos, podría
revolucionar el mundo del transporte urbano. Para los parisinos el
ejercicio, más aire libre en una ciudad menos congestionada es una
propuesta ganadora.

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